El Sombrero Del Rey De Tibotu
Manuel Romero De Terreros (marqués De San Francisco)
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Manuel Romero de Terreros
Don Manuel Romero de Terreros nació el 24 de mayo de 1880 en la ciudad de México, donde murió el 18 de abril de 1968. Después de sólidos estudios en Inglaterra, y un largo viaje por Europa, que maduró sus conocimientos y cultura, de vuelta en México muy pronto empezó a seguir su vocación intelectual, dirigida principalmente a las investigaciones en la historia y del arte, con laudables incursiones en otros campos de la historia y de la literatura. En disciplinas auxiliares de la historia, como la numismática, la genealogía y heráldica, la paleografía y bibliografía, fue un gran erudito; en las artes plásticas, particularmente en la pintura desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, tenía profundos conocimientos y un certero ojo crítico, demostrados en la identificación de autores y pinturas y en su justa apreciación, por todo lo cual son tan valiosos y estimables los estudios que de ello hizo.
Ejerció el magisterio; en la Escuela de Altos Estudios, después Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México, dictó cursos de literatura inglesa de la época isabelina y otros diversos; en ese campo escribió algunas pequeñas obras, como A Brief Anthology of Mexican Prose, con notas de los autores escogidos, publicada por la Universidad de Stanford. También hizo buenas traducciones de Keats y Lord Dunsay, entre otras. Estrechamente conectada con esa labor está la que desempeñó, durante veinte años, como miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas.
Don Manuel Romero de Terreros firmó algunos de sus escritos con su título de Marqués de San Francisco, que heredó por la Casa de Regla y el Marqués de la Pedreguera. Fue Caballero de la Soberana Orden de Malta y también del Santo Sepulcro; muchas fueron las instituciones académicas a que perteneció: Árcade Romano con el nombre de "Gliconte Tirio", de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, miembro de Número de la Academia Mexicana de la Historia, que presidió varios años, etc.; a nuestra Academia Mexicana de la Lengua ingresó en 1917 y fue Miembro de Número de ella, ocupando la silla VI, desde el 9 de febrero de 1918.
El Instituto de Investigaciones Estéticas, al cumplir 25 años de serlo, decidió publicar las bibliografías de sus miembros; allí aparece la de don Manuel Romero de Terreros, del año de 1905 al de 1960, con 469 fichas; más tarde el historiador José Miguel Quintana añadió otras más, de modo que la bibliografía, registrada, de lo escrito por don Manuel alcanza o pasa al medio millar de estudios, desde artículos de pocas pero siempre enjundiosas y pulcras páginas hasta muchos volúmenes de bien nutridos capítulos; fructífera labor a lo largo de su vida; cuando ésta se extinguió, en homenaje le fue dedicado el Núm. 38 de Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, en 1969; allí se puede encontrar información amplia y estudios críticos sobre la obra de don Manuel Romero de Terreros. De toda ella bien se comprende que no se podría tratar aquí. Solamente como meras indicaciones de algunos de sus libros, cabe mencionar: Ex Antiquis, Bocetos de la vida social de la Nueva España, 1919, 2a ed., 1944; Las artes industriales en la Nueva España, 1923; El pintor Alonso López de Herrera, 1934; Cosas que fueron, 1937; Paisajistas mexicanos del siglo XIX, 1943; Grabados y grabadores en la Nueva España, 1948; La iglesia y convento de San Agustín, 1951; El arte en México durante el virreinato, 1951; Teatro breve, 1956, y La puerta de bronce y otros cuentos, 1957.
Gran señor, en el más alto sentido del término, en su vida y en su obra, fue don Manuel Romero de Terreros: uno de los más finos y preclaros exponentes de lo mejor de la cultura en México que han honrado a la Academia Mexicana.
José Rojas Garcidueñas
Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp
CON INFORMACIÓN TOMADA DESDE:
http://www.centenarios.org.mx/RomeroTerreros.htm
Este libro pertenece a la colección Leer Escuchando.
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Capitulo 1 | Read by lorenita |
Reviews
Cristopher Droguin
Me parecio un cuento fantastico como los que me leian cuando ers niño gracias.